miércoles, 27 de enero de 2010

El Gral Roca sigue avanzando en democracia...



Mirá las fotos y lo que siguen haciendo en el sur...

Haití se escribe con hache que...

La enésima entrada del imperio con todo su ímpetu invasor. ¿se pueden producir o provocar terremotos? ¿se pueden tumbar torres en el centro de Nueva York? ¿guarda la realidad de los poderosos más nefastas invenciones que la creativa ficción de los denodados novelistas?
  • ¿Desplazar y reprendar a Brasil?
  • ¿Controlar el corredor marítimo entre Cuba y Haití?
  • ¿Ir por el Petroleo, el gas, el oro y el uranio?
  • ¿20 000 soldados para ayudar?
  • Cuba manda médicos ¿no dirán que para invadir de comunismo la isla?

...Con hache de Hernandez


Por Gustavo Duch Guillot


Le tocó a este país iniciarse con la letra muda, la letra que no se oye pero que está. Con la hache de país herido por los cuatro costados. De tierras, viviendas y naturaleza hundida. De huesos esparcidos entre amasijos de hierros y cascotes.


«Caravanas de cuerpos abatidos.

Todo vendajes, penas y pañuelos:

todo camillas donde a los heridos

se les quiebran las fuerzas y los vuelos».


Con la hache del humo que sale de tanto escombro y de las hogueras que se prenden para iluminar quién sabe qué. Con la letra de hospital, aunque sean edificios sin paredes ni techos repletos de hijos, hijas, hermanos y hermanas. Con hambre del superviviente.


Con hache de Haití. De Hiroshima. De hecatombe. Con hache de hurtos antiguos y continuados.


«Y no hay espacio para tanta muerte,

y no hay madera para tanta caja»,


pues se la llevó Europa para construir muebles y portones de palacios y monasterios. Con la hache que representó -y nunca se perdonó- la herejía de romper las cadenas de su esclavitud y hacerse país. Con hache de hostilidad y humillación fue tratado siempre por quienes hoy llegan dispuestos a salvarlos. Con hache de hipocresía: se finge solidaridad con un despliegue mediático de grado 7 que vende el espectáculo de la desgracia. Miente EE UU, es un ángel redentor que olvidó en pleno vuelo su pasado y disimula sus planes de futuro. Europa comprensiva endurece sus políticas inmigratorias. Se ofrecen cifras astronómicas de dinero pero muchas tienen billete de ida y vuelta. Pagarán con ellas la deuda externa que debería ser condonada, por ilegítima y odiosa. Algunos bancos publicitan sus cuentas corrientes humanitarias porque ahora ya tienen mucha experiencia en rescates. A ellos los rescataron. Mientras otros bancos almacenan en sus arcas los fondos del narcotráfico que pasa por Haití o los 900 millones de dólares del conocido clan de los Duvalier, los piratas de Caribe.


«Empuñan crucifijos y acaparan tesoros

que a nadie corresponden sino a quien los labora».


Con la hache de quien hace 100 años nació y fue condenado a morir por escribir esos versos inmortales. Para ser -por qué no- también la voz y el «viento del pueblo» haitiano y que reviente en el aire con sus verdades:


«Vuestra sangre, vuestra vida

no la del explotador

que se enriqueció en la herida

generosa del sudor.

No la del terrateniente

que os sepultó en la pobreza,

que os pisoteó en la frente,

que os redujo la cabeza».


Haití, con hache de Hernández, de Miguel Hernández. Con la hache, compartida, de héroes. De honor que no derrumba ningún terremoto. Con la hache de hermandad y humildad de otros pueblos que lucharán junto al pueblo haitiano contra el olvido. Con hache de historia nueva y restauradora hecha por sus hombres y mujeres. Con hache de horizonte.


Fuente: Rebelión

martes, 26 de enero de 2010

correr al hombre para matar la piedra, y viceversa


INTIMIDACIONES EN ANDALGALÁ
MOVILIZAN Y ALERTAN


Andalgalá -21 de enero: tres camionetas de la minera AGUA RICA se desplazaron con violencia sobre el corte de ruta que grupos de asambleístas mantienen desde hace días impidiendo el movimiento de los transportes mineros.

La medida que lleva adelante buena parte de esa población catamarqueña, sacudida desde hace años por el impacto destructivo de otro emplazamiento minero, Mina Alumbrera, tuvo gran repercusión en ámbitos legislativos y políticos del gobierno local; las movilizaciones populares masivas que realizan los asambleístas impulsó en el Concejo Deliberante de ese municipio la sanción de una ordenanza exigiendo un referéndum sobre la mega minería a cielo abierto con el uso de compuestos tóxicos. Esto ha significado que fuerzas del poder político provincial y las corporaciones transnacionales del sector identifiquen a los movimientos sociales, involucrados en la protesta general, como responsables de haber despertado el interés de los andalgalenses en defensa de su territorio y su calidad de vida, debido a que nuevos proyectos mineros desplazarían a toda la comunidad hacia otros asentamientos.

La presión de las mineras, en combinación con fuerzas represivas y funcionarios corruptos, se ha recrudecido en estos días en todo el país y en Andalgalá el clima es muy tenso. Son varios los pueblos catamarqueños que ya se pronunciaron en contra del flagelo minero y, como contra partida, reciben presiones, intimidaciones y provocaciones de todo tipo y ahora con intervención de fuerzas policiales que acompañaron a tres camionetas que se arrojaron violentamente contra manifestantes pacíficos.

La resistencia popular es firme y en sus comunicados los asambleístas sostienen que se expresan “por la no violencia, ejerciendo la libre expresión de los pueblos que quieren decidir su futuro”. Concluyen con: ¡FUERA AGUA RICA, FUERA FILO COLORADO! ¡Nunca entregaremos a nuestra ciudad!!


por RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA

El buen tiempo es para pocos y el veneno para todos...


de http://www.rufinoweb.com.ar/informacion
Noticias » Locales
Paren de Fumigarnos!!
Es una campaña que realiza el Centro de Protección a la Naturaleza de Santa Fe. Esta semana denunció que en Rufino vecinos fueron amenazados por aplicadores de agroquímicos. Un hecho que trae cola

El riesgo en la salud que puede causar el impacto provocado por las pulverizaciones y fumigaciones es causa cada vez más preocupante para la sociedad; y es por ello, que muchas poblaciones se han organizado para defender sus derechos.
Si bien en la provincia de Santa Fe existe una ley que, entre otras cuestiones, delimita las áreas donde se prohíbe fumigar, en Rufino existe una ordenanza de 2006 acorde a la legislación provincial para establecer un convenio, pero nunca se hizo efectiva.
Durante los últimos días se conoció públicamente un hecho suscitado en nuestra ciudad entre un grupo de vecinos y un areofumigador que, mientras trabajaba, pasó sobre una vivienda ubicada a la vera de la Ruta Nacional Nº 33 y el acceso a la ciudad. Lo denunciaron y, como contrapartida, el propietario de la empresa fumigadora habría amenazado a quienes intentaron defender sus derechos.

La denuncia de una ONG
El Centro de Protección a la Naturaleza (CE-PRO-NAT) es una ONG de la provincia de Santa Fe creada en 1977, que cuenta con un amplio reconocimiento en la opinión pública y viene bregando para que la ciudadanía y, fundamentalmente el Estado, tome conciencia sobre los riesgos en la salud de la población y en el ambiente que provoca la fumigación. Para esto ha implementado una campaña denominada “Paren de fumigarnos!”.

Esta semana, la ONG hizo público un hecho ocurrido en nuestra ciudad, donde un grupo de vecinos radicó una denuncia en el destacamento de la Guardia Rural “Los Pumas”, porque un avión estaba fumigando en un área vedada por la Ley 11.273. La denuncia habría causado la reacción del propietario del avión que habría concurrido al domicilio de los denunciantes para amenazarlos verbalmente. Incluso, las amenazas se habrían repetido.
“El 13 de enero se radicó una denuncia ante la Policía ya que aviones fumigadores estaban trabajando en áreas vedadas próximas a la ruta 33. Más tarde, el aerofumigador se hizo presente en el domicilio de una vecina y ante la negativa de retirar la denuncia, la amenazó en forma verbal y, posteriormente, la intimidó con el llamado telefónico de una abogada que le mencionó futuras acciones legales por lucro cesante”, manifestó Carlos Manessi, del CE-PRO-NAT consultado por RufinoWeb.

En Santa Fe la Ley 11.273, entre otras cuestiones, instituye claramente los límites que deben respetar las personas que tengan como actividad las pulverizaciones y fumigaciones. En el Artículo 33 se prohíbe las aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios de clase toxicológica A y B dentro del radio de 3.000 metros de las plantas urbanas. Excepcionalmente, podrán aplicarse productos de clase toxicológicos C ó D dentro del radio de 500 metros, cuando en la jurisdicción exista ordenanza municipal o comunal que lo autorice, y en los casos que taxativamente establecerá la reglamentación de la presente. Idéntica excepción y con iguales requisitos podrán establecerse con los productos de clase toxicológica B para ser aplicados en el sector comprendido entre los 500 y 3000 metros. El artículo 34, lo fija para las aplicaciones terrestres estableciendo la prohibición de aplicación de productos fitosanitarios de clase toxicológica A y B dentro del radio de 500 metros de las plantas urbanas. La aplicación por este medio de productos de clase toxicológica C y D se podrá realizar dentro del radio de los 500 metros y conforme a la reglamentación.

Para el Centro de Protección a la Naturaleza, a las recurrentes violaciones a la Ley 11.273 se ha sumado ahora una nueva faceta: “la amenaza lisa y llana a los vecinos que reclaman por los perjuicios a su salud debido a las fumigaciones”.
“A la inoperante actitud de los entes de control, se suma la nula participación de los colegios profesionales involucrados y la autogestión de los productores agrícolas que elaboran peligrosos cócteles de venenos. En los centros urbanos, debemos añadirles la libre circulación de vehículos terrestres (mosquitos o arañas) y el sobrevuelo de aviones fumigadores cargados de tóxicos. Ni hablar del vertido de venenos cercanos a las escuelas o los centros de salud o el abuso de emplear a niños y adolescentes para marcar los límites del terreno ante una fumigación. En síntesis: se respira veneno en Santa Fe”, indican desde la ONG.

“El desconocimiento puesto de manifiesto por las autoridades provinciales y comunales, así como los aplicadores y sus representantes legales, resulta poco menos que llamativo: la provincia de Santa Fe, con una extensa superficie de su territorio dedicado a la agricultura, tiene una ley específica y hasta existen fallos judiciales que impiden las fumigaciones terrestres y aéreas a menos de 1500 metros de las poblaciones en el caso de las aéreas. Hablemos claro: los productos aplicados en los cultivos son tóxicos y tienen un impacto manifiesto en el ambiente y, en concreto, en la salud de la población”, explican.


El artículo de la mencionada ley establece entre sus objetivos “... la protección de la salud humana, de los recursos naturales,.... a través de la correcta y racional utilización de productos fitosanitarios, como así también evitar la contaminación de los alimentos y del medio ambiente”. A lo largo de su articulado y en el decreto reglamentario, se habilita a los particulares a defender ese derecho, realizando las denuncias pertinentes.
“Los vecinos de Rufino denuncian este derecho vulnerado en la sede de la Guardia Rural Los Pumas y, por ello, terminan siendo amenazados con riesgo en su integridad física”, resaltan en el CE-PRO-NAT para finalizar diciendo: “No desconocemos que, de acuerdo al modelo imperante, numerosas poblaciones de la provincia se sustentan en la producción agrícola y en los supuestos beneficios económicos que trae para el país, pero esta actividad -como otras- debe desarrollarse dentro de la ley. Fuera de la ley, sólo se da lugar a que existan conflictos como el mencionado, enfrentando a los vecinos que ven amenazada su salud y la de sus hijos”.

En Rufino
A raíz del hecho ocurrido en nuestra ciudad e invitados por la delegación local del Ministerio de la Producción, el lunes pasado se hicieron presentes en el Concejo Deliberante, representantes de la Dirección de Sanidad Vegetal quienes tienen a cargo el poder de policía en los distritos donde no exista una ordenanza que establezca un acuerdo con la provincia en base a la ley.
La Concejal Ilda Barale informó que del encuentro también participaron el delegado local del Ministerio de la Producción Mario Monti y representantes de la Guardia de Seguridad Rural “Los Pumas” y de la Dirección de Sanidad Vegetal, entre otros.
Allí se decidió tomar contacto con la Secretaria de Gobierno, Daniela Robles porque si bien en nuestra ciudad existe una ordenanza ajustándose a la Ley 11.273 nunca entró en vigencia.
“La Dirección de Sanidad Vegetal trajo un nuevo convenio que sería evaluado por los abogados de la municipalidad y de firmarse, regresarían los representantes de esa dirección para capacitar a personal local con la idea de inspeccionar no sólo el accionar de los fumigadores sino también el comercio dentro del radio urbano de agroquímicos que está totalmente prohibido”, señalo la Edil.
Finalmente, se comprometieron en realizar una charla informativa en las próximas semanas.

miércoles, 6 de enero de 2010

Represión a Mapuches



Las comunidades Mapuches denuncian nueva represión a jóvenes por parte del grupo GEOP de la Policía de Neuquén.


El año nuevo muestra en Villa La Angostura la continuidad de las políticas represivas por parte del gobierno de la provincia de Neuquén, al reprimir nuevamente a jóvenes Peñis de la región. La policía neuquina, en particular el grupo GEOP (grupo especializado antimotines) , arrastra consigo el asesinato de Carlos Fuentealba, en medio de un reclamo salarial por parte de los docentes y las docentes de la provincia hace dos años. Este mismo grupo represivo, mantiene desde horas de la madrugada rodeado a jóvenes Mapuches de distintas partes de la Patagonia. Llegadas las 22 horas, el GEOP, de la polícía neuquina, abrió fuego contra los jóvenes Mapuches, lo cual resultó en varios heridos y el aislamiento en medio de la montaña de la totalidad de los Mapuches perseguidos.


Vale recordar, que hace 10 días la Comunidad Mapuche Paichin Antriao de Villa La Angostura había sido reprimida por la misma policia que hoy reprime. En esa oportunidad fueron golpeados cuatro jóvenes: Sandro Torres, Facundo Huala, Fausto Huala y Emiliano. La comunidad se encuentra en lucha por sus tierras desde hace años contra el magnate estadounidense William Fisher, quien al igual que Lewis o Benetton, se han apropiado de tierras pertenecientes a los pueblos originarios, a partir de la complicidad del gobierno provincial. Tanto en los noventa como en la actualidad, las políticas de entrega por parte de Jorge Sobich y de quienes lo han sucedido en el cargo de gobernador. han permitido los continuos desalojos de las comunidades de sus tierras. La comunidad sufrió un violento desalojo, por parte de la policía, el 2 de diciembre a instancias de un reclamo de 10 hectáreas que hiciera Fisher.


Solicitamos difusión y apoyo, pero sobre todo le pedimos a nuestro Pueblo Resistir y Luchar, Recuperando Territorio y Dignidad.

Por Territorio y Dignidad

domingo, 3 de enero de 2010

Les comparto lo que puede ser un cuento o el principio de una novela

En verdad esta es una idea que conversando de cosas muchas, se nos ocurrió con Laura, al contar ella la historia de una señora que trabajaba en muchas casas. Así comencé a pensar en escribir a partir de esa idea y ya se me fue armando en la cabeza una trama mucho más compleja que este inicio. Se los comparto y vamos viendo que sigue, si hay con qué seguir, o si hasta aquí llega. Un posible título, que raspa pero me parece desafiante sería: La sirvienta, palabra dura para quienes creemos que además de ciertas opresivas condiciones de trabajo, pagas, etc, las palabras también degradan. Escucho sugerencias para el título de ¿este que será un cuento o se metamorfoseará en novela? Abrazos....fer
Nunca dejaré de asombrarme. No he terminado de limpiar el piso y los niños ya corren con los pies sucios. No puedo gritarles, la señora me diré que busque otra casa. He trajinado tanto que ya no quiero más.
Ellos vigilan. Miran por la ventana. Sé lo que susurran sus labios, los leo a la distancia, aun antes de que digan algo. Ahí está la sirvienta, dicen. Saben que los veo. Esperan a que vaya a tirar el agua para meterse. Siempre encuentran un barro para ensuciar sus zapatillas. Sino hallan uno se mojan en la canilla del garaje y luego pisan tierra del jardín. La madre se hace la tonta. Diez segundos antes se retira para no ver. O bien disfruta del mal creyendo que así se fabrica el status o no puede poner límites a esas criaturas que han crecido mamando la mala leche del poder.
Cuando vuelvo a casa, el piso de ladrillos desnudos no puede recibirme ni siquiera con un brillo. No podrá nunca. Si apenas soporta, quebradizo y arrugado, mi figura cuando chorrea sus famélicas sombras. Este piso lo puso él. Yo le cebaba mates mientras la noche confundida lo miraba trabajar. Esa era nuestra cena.
Los dos llegábamos minutos después de las 8, en bicicleta. Por todo baño un fuentón. Me lavaba con rabia, como si el olor que traía del trabajo fuera un cáncer mordiéndome la carne. Te vas a hacer mal, me decía. Él, no se lavaba hasta después de terminar con la parte de ladrillos del piso de esa noche. No fueron muchas. La casa es chica. Pero como la luna se hacía más larga sin comida, había que entretenerse. Por eso hacíamos todo lento. Una semana nos entretuvo aquel piso. Lo mismo que le dedicamos al hijo.
Cuando Andrés estrenó su llanto en la casa yo le dije, mirá, este piso tiene tu misma edad.
Todo era por primera vez. Qué linda son las cosas nuevas. Pero todas juntas y cuando una no ha convertido nada en viejo, da miedo.
Andrés tomaba el pecho cada dos horas. Mate cocido toma, decía mi viejo que nos regalaba la yerba. Él y mi negro trabajan juntos. Ellos pusieron el piso que yo limpiaba. Cuando les conseguí el trabajo estaba feliz. Ahora odio pasar el trapo sobre las cerámicas blancas. Esos niños. A veces me asusto y empiezo a temblar. Entonces me aferro al palo de piso y sin levantar la cabeza lo vuelvo a pasar tras la pisada de ellos. Es que el deseo de matar a la señora es cada vez más fuerte. No sé si un día pueda. Te vas a mirar como en un espejo, mi amor, me dijo el negro cuando terminaron de poner la última cerámica. Maldito aquel día en que sonreí mirándome. Maldito el día que les conseguí la changa.
Andresito aprendió a caminar a los tropezones. Pobre hijo, gatear no pudo. Nuestra casita no tenía patio ni atrás ni adelante, menos a los costados. El negro se reía. Pa que aprenda a hacerse hombre. Si yo le decía algo me recordaba, culpa tuya, negrita, si apenas me dejabas poner dos ladrillos y después me atacabas, yo tenía que terminar la mezcla, te acordás, si me pongo duro, la mezcla también. Una noche pasó. Debe ser la de Andrés, porque salió medio cabeza dura el chango. El negro no había puesto ni medio ladrillo y yo ya estaba toqueteándolo. Ha, la juventud. Reventados y todo podíamos darnos el lujo de gastar la plata y el amor que no teníamos. Será por eso que Andresito es de dar hasta de donde no tiene. Una vez, cuando iba en quinto, a su maestra de matemática la tuvieron que operar de los riñones. Todos en la escuela y en el barrio decían que estaba grave, que había que rezar, porque era difícil que salga bien. Andrés preguntaba y siempre le decían lo mismo, hay que rezar. Incluso le dieron una oración escrita en el cuaderno, dedicada a San Pantaleón, le dijeron que ese ayudaba en la salud. Que recen con la familia. Como en casa no lo conocíamos no rezamos. Quién le pide cosas tan importantes a un desconocido. Después, dónde lo encuentro para devolverle el favor. Porque a mí que no me digan, pero todos te lo cobran. Está bien, todos es una palabra muy autoritaria, estará mejor si digo, la mayoría. Andresito le dijo a la directora que él no iba a rezar y le explicó. Pero que quería ayudar y le pidió la dirección o el hospital, que quería llevarle flores. Son para los muertos, le respondió la directora. Cuando fui a preguntarle por qué le había dicho semejante barbaridad a mi hijo me negó todo, incluso que Andresito había llorado frente a su respuesta. Si llegó con los ojos que parecía que se le había metido una jaboneta en cada uno. Mentirosa, le dije y me lo quiso echar. Me salvo una maestra que escuchaba de cerca y le hizo creer que yo estaba fuera de mí. Qué estoy bien centrada, le iba a gritar pero Andresito se abrazó a mi pollera para que me frene. Después, la misma que intercedió por Andrés nos dio la dirección. Lo llevé esa misma tarde sino mi niño nunca me lo perdonaría. Nos atendió un hombre, a juzgar por las apariencias, más joven que mi negro. La maestra no estaba. Ella está bien, preguntó Andrés. Sí, contestó el señor. Antes de que pudiera disculparme y dar por cumplido el deseo de mi hijo, volvió a preguntar, y sus riñones como están. El joven se echó a reír. No parecía triste y menos aquejado por algún problema familiar, quizá, especulé en ese momento, nos equivocamos de casa o ella se ha mudado. Yo no terminaba de especular cuando él dijo, ella ya está mejor, se ha curado completamente, la que no se ha curado es la directora y cierta gentuza de esa escuela. Andrés estaba tan contento con la primera parte de la explicación que no hoyó la segunda y creo, que el muchachón que debía ser el marido de la maestra no le hablaba a él en esa segunda parte, sino a mí. Qué quiere decir, si puedo saber, le pregunté mientras me mofaba conmigo misma por metida. La querían echar, le hacían la vida imposible y en eso que estaba renegando tuvo una infección en los riñones, nada grave, pero sacó licencia y luego decidimos que renunciara. Qué pena, dije por decir algo porque la verdad, no la conocí. Andrés que parecía haber quedado en la felicidad de las maestra curada, nos sorprendió mirándonos enojado mientras decía, y a nosotros que nos parta un rayo. Le explicamos como pudimos, entre los dos, volviendo a agrandar un poco lo de la enfermedad para que recupere el peso de la decisión, pero fue tarde, había entendido todo. Al día siguiente, con un par de excusas evité que vaya a la escuela para que olvide lo poco escuchado pero fue en vano. Esa misma tarde, en la canchita del barrio, le contó a cada uno de los amigos, a los de su grado, a los más chicos y especialmente a algunos más grandes, todo lo que sabía y agregó, como si percibiera más de lo que le fue mostrado, que a las otras dos maestras, esas que eran tan amigas de la de matemáticas, también las querían hacer enfermar para correrlas y que si no hacían algo se quedarían sin nadie que los quiera allí adentro. Tuvimos que ir las madres y los padres a pedir que vuelva la de matemáticas, que al fin y al cabo no sabíamos si eso era bueno o malo, para que nuestros niños dejen de hacer todo tipo de travesuras, las que cada vez tomaban un tinte más peligroso. La directora dijo que era ella o la maestra y todos le dijimos, la maestra. Resulto ser que la maestra, según recogimos de los chismes que salieron en ronda, se interesaba por los problemas de los niños, conversaba de eso con otras maestras y sin que nadie lo sepa ya habían ayudado a varios con útiles, un lugar en el que jóvenes voluntarios los ayudaban con las tareas y que además, en varias reuniones le había dicho a la directora que sus formas y exigencias eran las de un militar, no las de una educadora, que los militares adiestran como a perros y la escuela educa a personas.
A la directora la jubilaron unos años después y de la maestra no supimos nada más y Andresito y sus compañeros recuperaron su buena conducta. Aunque nadie olvidará el día, ese en que estalló todo, cuando los chiquillos enojados entraron por la tardecita, cuando ya nadie quedaba en la escuela, y escribieron con tizas de colores, Silvia te queremos, Silvia volvé, Silvia no está enferma, y defecaron en la puerta de la dirección. A juzgar por los tamaños y colores, fueron varios los esforzados en tal fechoría.
Ahí me di cuenta de que no soy de sobresaltarme pero si de acompañar y perseverar. Si bien no estuve a la cabeza de las protestas no falté a ni una cita, tampoco Andrés, cabeza dura y de andar solidarizándose con los perdedores.
Cuando vuelvo al piso de casa no hay forma de que no piense en mi niño. Cuando llego a la casa de suelo de nubes, ya no me puedo mirar en él, sólo veo el rostro de la señora manchándolo todo con su sangre inmunda hasta que aparecen sus hijos y vuelvo a mí. Ellos aun no son culpables, entonces la mujer desaparece. Que retire su cuerpo no hace la diferencia, porque parece estar siempre. A ver si hoy te esmerás un poco y dejás el piso como se debe, que este no es tu miserable rancho.
Saque a sus hijos entonces, quisiera decirle, pero me tiemblan las piernas. Veinte pesos, repito entre dientes, veinte pesos para que mastiquen algo nuestros dientes.

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