lunes, 20 de septiembre de 2010

Darwin advierte sobre el glifosato

18/09/10, Radio Nacional Córdoba, AM 750, columna de opinión, programa "HABLANDO CLARO", sábados de 8 a 10,30 horas.
por Horacio Brignone
La Universidad del Litoral acaba de pronunciarse en el “caso San Jorge” y dijo lo que todos sabíamos: que el glifosato no es inocuo, no obstante, en principio, derrumbó el 90% de la estantería de los "MONSANTO boys", quienes afirmaban que el glifosato se degrada instantáneamente.
Quedará para la anécdota la curiosa acción de la UNL enviando antes a los medios que a la justicia no ya el estudio, de 226 paginas, sino la opinión de su oficina de prensa en la cual, con una frasesita nada casual: La universidad “RELATIVIZA” los efectos del glifosato.
Afortunadamente muchos periodistas especializados y atentos que no se comieron el amague, formularon su propia opinión en lugar de replicar la voz oficial de la conducción política de la universidad.
Hay que saber también que aunque la casa de estudios fue convocada para analizar los productos químicos que se utilizan en la agricultura industrial, decidió opinar tan solo de uno, al que algunos consideran el menos tóxico del paquete de cerca de veinte agroquímicos de uso habitual.
Metafóricamene podríamos decir que la universidad habló del arsénico pero no dijo nada del cianuro.
Igualmente, a la luz de lo dispuesto por la Cámara de apelaciones, que imponía una demostración de la inocuidad de esos tóxicos para levantar la prohibición de fumigar dispuesta, el trabajo de la UNL no ha hecho más que ratificar el acierto de la decisión del juez de San Jorge y, en todo caso, habrá que analizar seriamente si los límites impuestos resultan suficiente protección. Pero habrá que decir también que hay mucho de abstracto en el modo de presentar ese trabajo. Si a una universidad se le requiere un estudio sobre la peligrosidad del arsénico que se encuentra en el agua de consumo –para seguir con el ejemplo- sería poco útil que concluyera diciendo que el arsénico es peligroso. Para eso no hacía falta convocar a una universidad.
Lo realmente útil es el análisis del producto y las proporciones. Un miligramo no es lo mismo que un kilogramo.
MONSANTO Y DOW particularmente, fueron las dos principales empresas farmacéuticas, luego convertidas en semilleras, que acompañaron la invasión del gobierno norteamericano a VIETNAM, convocadas para arrojar herbicidas y desfoliantes sobre las frondosas selvas donde se ocultaba el pueblo vietnamita. Al día de hoy todavía siguen naciendo niños con insólitas malformaciones, sin contar la variedad de cánceres vinculados a estas fumigaciones, incluso en soldados que regresaron a EEUU.
Algunos cálculos indican que durante el transcurso de ese enfrentamiento, que duró más de diez años, se arrojaron alrededor de 75 millones de litros de estos venenos.

Traigo a colación este dato para dimensionar las cantidades que se utilizan en nuestro país. Dependiendo de ciertas condiciones climáticas, en las campañas actuales se usarán entre 200 y 300 millones de litros, solo de presentaciones comerciales de glifosato, ¡pero en el transcurso de apenas 4 o 5 meses!. 74 millones de litros en diez años... 300 millones en medio año. El análisis de ese dato relevante no podía faltar en la evaluación de los expertos, fácilmente accesible.
Alguien podría pensar entonces que el problema se atenuaría reduciendi las dosis y aquí aparece un tema crucial que desnuda la insostenibilidad de este modo de producción y tiene que ver con la generación de especies resistentes.
Diez años atrás un litro o menos de formulaciones de glifosato por hectárea era suficiente para matar todo tipo de vegetales, excepto la soja (luego maiz y arroz) transgénica, es decir, resistentes al glifosato.
Pero como de Darwin para acá sabemos que indefectiblemente aparecerán hierbas cada vez más resistentes, las dosis o las concentraciones (o ambas) también indefectiblemente deberán ir aumentando año tras año, hasta un punto que resultará incompatible con toda forma de vida, en un proceso irreversible. Las especies más sensibles mueren y desaparecen, sobreviviendo las más resistentes, que luego se reproducen. Así se genera una "especie resistente". Pero resulta que el ser humano es el mismo, al que se le impone respirar cada vez más veneno.
Esto no es ningun descubrimiento. Uno de los herbicidas cuya extrema peligrosidad es reconocida aun por los más fundamentalistas es el 2-4-D. Se lo suele utilizar antes de plantar soja porque mata todo, también la soja y es altamente cancerígeno. Pues bien, uno de los proyectos en los, orgullosamente, dice estar trabajando la firma Dow (una de cuyas sucursales acaba de inaugurarse en Santa Fe) es la producción de semillas resistentes al 2-4-D….¿Se entiende? Semillas que producirán plantas que puedan soportar ser rociadas con 2-4-D, una especie de glifosato “recargado” ....
Por estos días Clarín Rural habla de "UNA RED CONTRA LAS MALEZAS RESISTENTES", refiriendo a la aparición en el mundo de 300 malezas resistentes a “herbicidas oficialmente aceptados” (préstese atención a los términos escogidos: “oficialmente aceptados”). Sabrá dios con qué le tirarán a esa pobre hierba a la cual ahora rebajaron a la categoría de “maleza” porque no produce dinero, convirtiendo a la biodiversidad en un arcaísmo.
Por desgracia el tema de la generación de especies resistentes es un concepto en general ignorado y peor aprendido, aun por profesionales de todo tipo, quizás porque proviene de la Teoría Evolutiva, desaparecida de la currícula obligatoria desde el año 95, durante el gobierno de Menem, casualmente por la misma época en que se autorizaba la introducción de semillas transgénicas y glifosato a nuestro país y las consecuencias de ese plan de ignorancia planificada no fueron triviales.
En el año 2003, la UBA realizó un estudio para averiguar cuánto conocían los docentes en biología (de todos los niveles), respecto de la Teoría Evolutiva y en consecuencia, cómo la enseñaban.
“Casi el 80% de los profesores de ciencias naturales evaluados contestaron desacertadamente un cuestionario sobre la teoría de la evolución (…) prevalecen ideas de sentido común y faltan argumentaciones científicas” afirmaron los investigadores del Centro de Formación e investigación en Enseñanza de las Ciencias (CEFIEC) de la UBA y el título que escogieron fue muy elocuente:,"DOCENTES APLAZADOS EN EVOLUCION".--
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Leer el informe de UNL

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