miércoles, 27 de abril de 2011

Pedagogía de la riqueza

26-04-2011
Cómo forrarse y no entenderlo
Piense que usted es el dueño de Cargill, la mayor empresa privada norteamericana que controla –más o menos– la mitad de la comercialización de granos del mundo, y llega el fin del mes. -¡Que lata, otra vez a reunirme con los contables –pensará– para que me cuenten cifras y datos que apenas entenderé, en lugar de estar montando a caballo en el Club. Enciende el puro, se sienta en su despacho y manda llamar al jefe de cuentas. Más o menos le explicaría algo así:
–Buenos días señor Cargill, aquí le traigo las cuentas que ya han pasado las auditorías correspondientes. En primer lugar quiero felicitarle por su exitosa gestión. Observe, en primer lugar, que en los últimos seis meses hemos alcanzado un beneficio neto de 2.370 millones de dólares…prácticamente la misma cifra que todo el ejercicio anterior. A este ritmo podemos alcanzar unos beneficios récord…
–Y eso –dice usted mirando al infinito, porque no sabe aterrizar el dato –¿será mucho dinero, no?

–Pues mire, con esos beneficios podríamos asegurar uno de los objetivos del milenio nosotros solitos: la educación de todas las niñas y niños. ¿No está mal, verdad?
–Nada mal, desde luego, y dígame, -dice usted sin perder la compostura poniendo cara de erudito –¿y cómo ha sido eso si son los meses de la crisis alimentaria?
–Precisamente. Fíjese en esta partida llamada ‘Beneficio netos de la explotación’. Es decir, como somos una empresa comercializadora de grano, –le cuenta el contable– es la partida donde se recogen los datos de nuestra explotación, comprar y vender grano. Ahí hemos tenido unos beneficios altísimos comparados con los del año pasado. Con la crisis alimentaria el precio de los cereales ha subido brutalmente y ese margen es todo para nosotros. Es un éxito, por un lado, de nuestro departamento de marketing, que ha colaborado en generar la sensación de falta de alimentos; del departamento de biocombustibles…que venden sin parar; y por otro lado del departamento de soya, que en momentos clave ha retenido producto en los almacenes para hacer subir su precio…todo lo que su abuelo ya nos enseñó, llevado a la práctica milimétricamente.
–Sí claro, las tácticas del abuelo, siga por favor
–En el capítulo de ‘Ingresos extraordinarios’, son otra vez eso, extraordinarios.-dice el contable con una risita tonta. –Pero ya sabe usted que se llaman así, no por la cantidad, sino porque no se corresponden a nuestra actividad habitual. Aquí, básicamente contabilizamos todos los beneficios que nuestras divisiones Cargill Risk Management y Black River Asset Management logran especulando con el comercio ficticio de granos. ¡Qué gente más astuta! Al manejar información clave de la oferta y la demanda de cereales, son los que más preparados están para ganar dinero en el mercado de futuros, en la bolsa de Chicago. ¡Ya sabe, eso fue cosa de su querido padre!
Y usted, extrañado, hará una pregunta ingenua. –¿Pero el G-20 no quería poner coto a la especulación financiera con alimentos? –Ja,ja –ríe el contable– ahí quien estuvo sensacional fue su primer vicepresidente, el señor Paul Conway, cuando en unas declaraciones previas a la reunión del G-20 dijo literalmente los especuladores son siempre un blanco fácil, pero los especuladores no causaron que los precios de los alimentos se dispararan en la segunda mitad de 2010. Entre más haya diferentes tipos de jugadores tratando de utilizar los mercados de derivados, más se refleja el verdadero precio de las mercancías. La culpa se debe restringir al mal tiempo y a los desastres naturales.
–Por último –le señala el contable unos números en rojo– verá que en gastos también tenemos una partida extraordinaria….se trata de un donativo para ayudar a África. –Perfecto, –respira usted– eso me parece muy bien, pero sobretodo que sea dinero que llegué a la población.
–Claro, no se preocupe, estamos en contacto con la organización benéfica de Bill Gates que impulsa la agricultura industrializada en esas tierras… seguro que algún día –sentencia el contable con su jerga propia– tengamos retorno financiero.
*Autor de Lo que hay que tragar
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/04/24/index.php?section=opinion&article=022a1eco
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31 mar 2011

MULTINACIONALES CEREALERAS COMPRAN CAMPOS

Las grandes empresas del sector como Dreyfus, Nidera y Cargill, decidieron posicionarse en el mercado de tierras para evitar depender de los productores y contar con la producción en tiempo y forma. La movida provocó un recalentamiento en los precios de arrendamientos y ventas de campos en la zona núcleo. Quejas de pequeños productores que no pueden igualar los altos valores de las compañías.
Hacia fines del año pasado las principales empresas exportadoras de granos del país comenzaron a alquilar (y en algunos casos a comprar) campos a precios más altos que el promedio usual del mercado, según indicaron diversas fuentes de confianza del sector a La Política Online.
Al parecer la jugada de las compañías está orientada a asegurarse mercadería a partir de la producción propia en grandes porciones de campos arrendados. El tema es que la movida está generando un recalentamiento de precios en el mercado de alquileres y venta de campos.
“Esto nos perjudica mucho a los pequeños y medianos productores porque nos dejan fuera de partido ya que no podemos ni acercarnos a los valores que pagan las empresas”, comentó un productor de la zona norte de Buenos Aires que arrendó esta campaña unas 500 hectáreas.
Las fuentes consultadas señalaron que el fenómeno se está dando principalmente en varias de las localidades ubicadas en la Cuenca del Salado (como Las Flores, General Belgrano, Lobos, etc), aunque también se registran casos puntuales en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
Entre los principales grupos que en los últimos meses decidieron avanzar de manera agresiva sobre el mercado de alquileres agrícolas se encuentran Dreyfus, Nidera, Cargill, Aceitera General Deheza y Molinos Río de la Plata, entre otras.
De esta manera, firmas de menor tamaño que arriendan campos desde hace años como Los Grobo, El Tejar y Adecoagro, perdieron terreno a partir de mejores ofertas realizadas por compañías exportadoras o grupos de siembra vinculados a ellas.
En lo que va del año la mayor demanda de campos por parte de las empresas se da en las regiones que presentan mejores perfiles de humedad, en donde se llegaron a pagar precios mucho más altos que los negociados por productores o empresarios particulares.
Los fundamentos de las empresas
El posicionamiento en el mercado de tierras por parte de las empresas se hizo para evitar depender de los productores, que en los últimos tiempos pudieron almacenar su producción en silobolsas, cuestión que les impide a las exportadoras contar con la mercadería en tiempo y forma.
En consecuencia, las empresas se ahorran grandes sumas de dinero al evitar mantener plantas paralizadas en épocas de bajas ventas o cuando, por ejemplo, caen los precios y los productores aguardan sin vender a que se registren subas.
“En varias oportunidades tuvimos importantes pérdidas operativas y financieras al tener que procesar mucho menos mercadería que la programada”, explicó una fuente del sector exportador que reconoció la incursión de las empresas en el mercado.
Este fenómeno ocurre con mayor ímpetu en el mercado de maní en la provincia de Córdoba, en donde los principales productores del cultivo son las propias empresas industriales que se aseguran la originación del insumo (como AGD del senador cordobés Roberto Urquía).
El mercado de campos
Si bien la participación de las exportadoras en el mercado de alquileres agrícolas no es nueva, sí lo es el hecho del crecimiento registrado de la mano del pago de alquileres altos. Por este motivo, algunos productores se tentaron y decidieran abandonar la producción propia para pasar a ser rentistas.
En la Cuenca del Salado, por ejemplo, por campos de buena aptitud agrícola las empresas están pagando precios de entre 13 y 16 quintales por hectárea, una cifra récord para la zona y muy superior a lo convalidado por los productores agropecuarios.
Según pudo averiguar LPO, en los últimos meses se cerraron negocios en un rango de 13 a 14 quintales de soja en la zona de Lobos, de 14 a 15 quintales en 25 de Mayo, de 13 a 15 quintales en Las Flores, y de 14 a 16 quintales en General Belgrano.
En tanto que operadores inmobiliarios informaron que en las mejores zonas de la región pampeana argentina (Pergamino, Rojas y Salto) los valores de venta de campos se ubican por lo general entre los 14 mil y 18 mil dólares la hectárea, con algunos casos puntuales de más de 20 mil dólares.
Mientras que en lo que se refiere a Santa Fe, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos los precios pueden oscilar entre los 10 mil y los 15 mil dólares la hectárea dependiendo de la aptitud productiva del campo en cuestión.
Por su lado, en las provincias del noreste argentino (Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa), el valor de los campos no superan los 3 mil dólares la hectárea, cuestión que incrementa aún más el interés de las principales potencias mundiales en invertir aquí.
Fuente

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