martes, 26 de junio de 2012

Ituzaingó Anexo en Córdoba: Dos testimonios fundamentales en la 9a sesión del Juicio


JUICIO SOBRE AGROTÓXICOS
TESTIMONIOS

DR. RAUL MONTENEGRO.
Los plaguicidas fueron hechos para matar vida. A bajas dosis no matan, pero desordenan el sistema hormonal e inmunológico humano produciendo todo tipo de alteraciones, incluso cáncer.
Por tal razón, los Ingenieros Agrónomos no estarían capacitados para recetar y exponer a las personas a bajas dosis, ni predecir lo que sucederá a 2.500 o 3.500 mts, ni evitar su dispersión descontrolada. Por eso se habla de que “ordenan aplicaciones temerarias”. 
Además, cada plaguicida es una mezcla de sustancias químicas que se suman a residuos de plaguicidas que hay en el ambiente por aplicaciones anteriores (desde 1994), más los que ya tenemos en nuestro organismo generando verdaderos depósitos “abióticos”.
CÓCTEL 1
Los plaguicidas comerciales no son simples principios activos como glifosato, o endosulfán. Son mezclas que incluyen inertes, aditivos y coadyuvantes, muchos de ellos tóxicos en sí mismo.
CÓCTEL 2
Dentro de envases cerrados, los plaguicidas y sus agregados se mantienen activos sufriendo cambios químicos que originan nuevas sustancias, a veces más tóxicas que en orígen.
CÓCTEL 3
Tanto productores como aplicadores, mezclan distintos plaguicidas generando un nuevo producto desconocido y de dosificación inaplicable, dado que se desconocen sus características.
CÓCTEL 4
Estas sustancias al ser liberadas al ambiente sufren nuevos cambios químicos en interacción con el medio (humedad, temperatura, vientos, etc.). El endosulfán se transforma en sulfato de endosulfán, y el glifosato en AMPA (ácido amino metil fosfónico), ambos más dañinos y persistente que el producto original. Caso Severino Talavera (Paraguay), que falleció tras ser expuesto a glifosato en zona periurbana. La Corte Suprema de ese país sentenció a dos años de prisión a los productores responsables.
En Ituzaingó, se investigará la responsabilidad de funcionarios públicos, en especial de la Secretaría de Agricultura, Ambiente y Salud.

DR. ANDRÉS EDUARDO CARRASCO
Habló de los componentes de los Plaguicidas, de su relación con el desarrollo de células animales y de la falta de investigaciones independientes. Aseguró que las compañías productoras niegan esta relación aduciendo investigaciones de toxicidad que ellos mismos realizan sobre sus productos.
Ya existen investigaciones en animales consistentes en alimentarlos con soja transgénica, tras lo cual se observan malformaciones similares a las de humanos.
Dijo que el glifosato no es biodegradable y agregó: hay estudios que comprueban que se mantiene en las napas, en la tierra, que pasa a la sangre y a las vías respiratorias. “Pasa donde quiere pasar y, parte de lo que entra, no sale más.
Aseveró que ante la sospecha de daño a humanos, se debe aplicar el Principio Precautorio, al menos, creando espacios de seguridad libre de estos productos.
Dijo además: “el glifosato es veneno porque mata organismos vivos. No sólo mata plantas, sino también células vivas de humanos y animales”.
Que los Ingenieros Agrónomos deberían saber que los tóxicos tienen un comportamiento irregular y que bajando las dosis se detiene la mortalidad, pero sigue habiendo morbilidad.
Que en medicina no existen los daños colaterales: si se tiene la sospecha que uno de cien va a morir, ese producto debe prohibirse terminantemente.
Que sus estudios se proyectan en los humanos porque los mecanismo de desarrollo embrionario, sistema genético y malformaciones, son las mismas.
Dijo que los agroquímicos no desaparecen de la sangre, sino que pasan a los tejidos sólidos. El asunto es que del cuerpo no sale todo, sino que se queda en algún lugar.
Que las investigaciones de las empresas productoras de agroquímicos no siempre dicen todo lo que tienen que decir.
Que funcionan más como empleados, que como investigadores.

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FUNAM INFORMA                 
Fundación para la defensa del ambiente
Córdoba (Argentina), 24 de junio de 2012

Ituzaingó Anexo en Córdoba:
Dos testimonios fundamentales en la 9a sesión del Juicio

El Dr. Raúl Montenegro descartó que la fuga de PCBs de los transformadores haya provocado el elevado número de personas enfermas y muertes. Ratificó que la mezcla de plaguicidas "antiguos y recientes sigue siendo la causa más fuerte".

Consideró además que la aplicación de plaguicidas en cualquier lugar cercano a barrios "es temeraria", sobre todo en el caso de Ituzaingó Anexo "porque desde al año 2002 una ordenanza lo declaró en emergencia sanitaria".

Agregó que quienes aplicaron plaguicidas "sabían que estaba vigente la emergencia sanitaria y que se registraba allí una delicada situación en materia de salud pública".

Montenegro describió la naturaleza compleja de los plaguicidas y la incapacidad de la legislación Argentina para proteger a las personas expuestas a bajas dosis de plaguicidas "porque solo consideran las dosis agudas o letales".

En este marco señaló que los Ingenieros Agrónomos "no están capacitados para proteger a las personas de la exposición directa e indirecta a bajas dosis".   

El testimonio del Dr. Raúl Montenegro, premio Nóbel Alternativo, fue hasta ahora el más extenso de todo el juicio. Se extendió durante casi 5 horas. Su exposición fue precedido por la declaración que efectuó el Dr. Andrés Carrasco, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires.  


Córdoba (Argentina), domingo 24 de junio de 2012. La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), una ONG con status consultivo en Naciones Unidas, resumió públicamente los temas tratados por el Dr. Raúl Montenegro al testificar en el Juicio que se lleva adelante contra dos productores y un aeroaplicador de plaguicidas, acusados de haber violado normativa sobre agroquímicos y residuos peligrosos.  

FUNAM, indicó que el testimonio del Dr. Raúl Montenegro "fue el más extenso de todo el juicio, pues se prolongó durante casi 5 horas".

El Dr. Raúl Montenegro descartó que la fuga de PCBs de los transformadores haya provocado el elevado número de personas enfermas y muertes. Ratificó que allí actuó un cóctel de contaminantes y que la mezcla de plaguicidas "antiguos y recientes sigue siendo la causa más fuerte".

Consideró además que la aplicación de plaguicidas en esa zona y en cualquier lugar cercano a barrios "es temeraria por tres motivos, primero porque los plaguicidas han sido diseñados para hacer daño en seres vivos y resulta imposible evitar que se trasladen fuera de los campos donde se aplican; segundo, porque se suman a residuos de plaguicidas previamente existentes y que también son móviles, y tercero –en el caso particular de Ituzaingó Anexo- porque estaba declarado en emergencia sanitaria por la ordenanza 10.505 ".

Esta última fue aprobada el 21 de mayo de 2002, mientras que el 9 de enero de 2003 se aprobó la ordenanza municipal 10.590 que prohíbe aplicar plaguicidas en una franja de 2.500 metros contados a partir del borde más externo de barrio Ituzaingó Anexo.

Agregó que "FUNAM y nuestra Cátedra contribuimos a que se conociera desde comienzos del año 2002 la existencia en el barrio de otros contaminantes, además de residuos de plaguicidas. Quienes aplicaron plaguicidas en 2004 y 2008 no pueden aducir desconocimiento: sabían que estaba vigente la emergencia sanitaria y que se registraba allí una delicada situación en materia de salud pública".

El Dr. Raúl Montenegro, quien en 2002 desarrolló e hizo pública la noción de cóctel de contaminantes –un aporte reconocido incluso por la defensa- se refirió a los diversos contaminantes que actuaron en el barrio, "varios de los cuales siguen activos". Se refirió a los PCBs, a los campos magnéticos, a la radiación ionizante, al arsénico y a los dos metales pesados, plomo y cromo. Pero enfatizó el rol de los plaguicidas "porque se iban sumando los plaguicidas recientes que se aplicaban a los plaguicidas antiguos acumulados en los campos y en el barrio".

"Cada plaguicida es en realidad una mezcla de sustancias químicas que se suma a los depósitos de residuos de plaguicidas que hay en el ambiente y que tenemos en nuestro organismo"

El Dr. Raúl Montenegro explicó porqué la aplicación de plaguicidas cerca de zonas pobladas "es temeraria". Indicó que los plaguicidas comerciales "no son solamente principios activos como el glifosato o el endosulfán, sino mezclas que incluyen inertes, aditivos y coadyuvantes, muchos de ellos también tóxicos. A esto lo llamamos cóctel 1". Indicó que dentro de los envases cerrados "los plaguicidas y sus agregados sufren cambios químicos que originan nuevas sustancias, a veces más tóxicas que el propio principio activo original. Es el cóctel 2". Agregó que los productores y aplicadores "mezclan a su vez distintos plaguicidas, generando lo que llamamos cóctel 3, y estas sustancias –al ser liberadas al ambiente- sufren nuevos cambios químicos lo cual genera el cóctel 4. El endosulfán por ejemplo se transforma en sulfato de endosulfán, y el glifosato en AMPA, mucho más persistente. Por eso reiteramos que la aplicación periurbana de plaguicidas es temeraria. Ningún productor ni ingeniero agrónomo puede predecir lo que suceda, ni evitar que personas inocentes queden expuestas". Anticipó "futuras acciones de mala praxis si no se cambia la legislación y no se prohíbe la aplicación de todo tipo de plaguicidas en franjas periurbanas de 2.500 o más metros de ancho".

Montenegro –que es además profesor de postgrado en varias universidades de Argentina y el extranjero- indicó que "muchos de estos residuos de plaguicidas actuales quedan depositados en el suelo de campos, viviendas y plazas, donde se suman a los plaguicidas antiguos que ya no se usan , como DDT o HCH, generando lo que llamamos depósitos abióticos. El otro depósito son las propias personas, pues los plaguicidas organoclorados suelen acumularse en tejido graso". Tras señalar con la mano a los jueces, a la defensa y a los fiscales indicó que "todos ustedes y yo mismo tenemos plaguicidas antiguos en sangre, y alguno reciente como endosulfán. Cuando en barrio Ituzaingó Anexo se aplicaron los cócteles de plaguicidas en 2004 y 2008 las personas ya estaban expuestas a los plaguicidas antiguos y recientes acumulados en los suelos y los sedimentos de tanques de agua, y a los que tenían en sus propios organismos, ello sin contar otros contaminantes presentes en el barrio. Esto explica porqué las pulverizaciones pudieron agravar enfermedades o generarlas".

"Los plaguicidas fueron hechos para matar vida, y a bajas dosis pueden desordenar el sistema hormonal y el sistema inmune, producir todo tipo de alteraciones e incluso generar cáncer"

El Dr. Raúl Montenegro indicó al comienzo de su testimonio que los plaguicidas "fueron desarrollados para matar vida, y que esto no debía olvidarse nunca. Si la dosis es suficiente –la dosis letal 50- provocan la muerte de niños, adolescentes y adultos. Pero lo que nos preocupa son los efectos de las bajas dosis, pues muchos plaguicidas, incluso a concentraciones extremadamente bajas, actúan como hormonas que desarticulan el sistema hormonal, disminuyen la resistencia a enfermedades o disparan otra larga lista de afercciones, entre ellas cáncer". Agregó que dentro del organismo de las personas "se suman las bajas dosis de plaguicidas antiguos y recientes con los plaguicidas que aporta su pulverización. Desde el año 1994 sabemos que varios plaguicidas clorados a bajas dosis pueden sumar sus efectos, y provocar serios trastornos en el sistema hormonal".  

Reiteró además que "la mayoría de los plaguicidas de uso legal no han sido evaluados para detectar los efectos de bajas dosis y exposiciones crónicas". Por otra parte –agregó- "a los gobiernos y a los productores solo les interesan las dosis letales, y a veces, ni siquiera éstas últimas". A modo de ejemplo citó un caso paradigmático, el juicio contra aplicadores de plaguicidas en Paraguay, "en el cual varios productores fueron condenados a dos años de prisión por la muerte de un niño, Severino Talavera, que falleció tras ser expuesto dos veces al glifosato. La Corte Suprema de ese país dejó firme la condena. Silvino y su familia vivían casi a la misma distancia que había en barrio Ituzaingó Anexo entre el campo con soja que se pulverizaba y las viviendas". 

Además del juicio siguen instruyéndose dos causas más sobre barrio Ituzaingó Anexo

Actualmente FUNAM, a través de su presidente, es querellante en la "causa madre" sobre contaminación en barrio Ituzaingó Anexo que se instruye desde la Fiscalía del Dr. Carlos Matheu (Justicia Provincial de Córdoba). Se refiere a las aplicaciones de plaguicidas ocurridas en los años 2002, 2003 y 2004, y a la existencia de otros contaminantes. En esta causa, donde también son querellantes 30 vecinos del barrio, ya fueron imputadas las mismas personas del juicio en curso (dos productores y un aeroaplicador). Se investigará además la responsabilidad de funcionarios públicos, en especial de la Secretaría de Agricultura, de la Agencia Córdoba Ambiente y del Ministerio de Salud. La tercera causa –también iniciada a partir de la denuncia penal de FUNAM- está referida al inicio ilegal de un loteo en los campos vecinos a barrio Ituzaingó Anexo, en los mismos predios donde se aplicaron plaguicidas y donde existían previamente otros contaminantes. En ambas causas el abogado patrocinante de FUNAM es el Dr. Carlos Nayi.    

Para mayor información contactar a:  

Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo
Teléfono fijo: 03543-422236
Teléfono celular: 0351-155 125 637

Dr. Carlos Raúl Nayi
Teléfono fijo: 0351-4283480
Teléfono celular: 0351-156 507 740


Encargada de prensa:
Lic. Nayla Azzinnari
Teléfono celular: 011-155 460 9860

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