La noche, la tierra y su misterio.

La noche, la tierra y su misterio.
saulb sopap.

Lxs trashumantes viajamos en la noche. De la noche aprendimos a guiarnos con estrellas rojas y lunas madres. Quienes buscamos las tierras buenas y las gentes mejores, miramos el cielo para encontrar en el suelo. Porque abajo es inmenso y hace tiempo que está oscuro. No hay mapa, ni sur, ni norte, ni sol que de las doce. Acá abajo, acá en la noche, no hay doce: Hay abajo inmenso y oscuro.

Lxs que buscamos tierra fértil y vidas mejores, viajamos en la noche. Porque la noche ha sido desde siempre. Porque abajo es inmenso, oscuro y casi eterno. Porque no hay, para nosotrxs, sol que marque el alba desde ninguno de los firmamentos, sino fuegos chiquitos, humildes y dignos con potencia de incendio. El sol para nosotxs, está en la tierra. Fuegitos rojos con potencia de incendio wiphala, de incendio diverso, digno, justo…

Nosotxs, vemos lo poco que nuestros fueguitos alumbran. Callamos y oímos. Aprendimos del sigilo de la guerra, a escuchar en el corazón de la tierra dónde es que vibra la vida, donde llama el quejido alegre doliente del bombo legüero. Y ese es nuestro camino, bajo un cielo de sueños rojos y lunas diosas, caminamos en silencio hacia donde arde la vida; donde fueguitos chiquitos inventan estrellas terrestres, tan rojas y tan guías como las de arriba. Ese es nuestro camino: hacia donde sea que nueve madres diosas den a luz al próximo incendio. Para dejar de buscar en el cielo lo que la tierra esconde en su misterio.